Buenas noticias para el gobierno municipal de Barcelona: este jueves 2 de mayo ha expirado el plazo para que los partidos de la oposición plantearan una cuestión de confianza a Jaume Collboni. Y, por lo tanto, el presupuesto para la capital de Cataluña de este 2024 tira adelante de forma automática.
La oposición tenía, desde hace un mes, la posibilidad de tratar de alcanzar un acuerdo con 21 concejales (la mayoría absoluta), y elegir a un nuevo primer edil, pero es una opción que no estuvo encima de la mesa en ningún momento.
Las cuentas más altas de la historia
Así, tras Plenos tensos llenos de acusaciones cruzadas, el presupuesto que recibe luz verde asciende ahora a 3.807 millones de euros, lo que significa un aumento del 5,9% respecto a 2023. Son, con los datos en la mano, los presupuestos más altos de la historia de la ciudad.
Este monto ha experimentado una ligera modificación desde su primera presentación en octubre, cuando se registraba en 3.735 millones de euros, debido a un aumento en la contribución estatal prevista desde entonces hasta ahora.
Aunque únicamente tiene el sí del PSC (partido que ostenta la alcaldía) y de ERC (la única fuerza de la oposición que ha dado su voto positivo a las cuentas), el presupuesto se aplicará casi punto por punto en este año.
Además de tener el presupuesto más alto en la historia de la ciudad, se destina una partida récord a inversiones: 777,9 millones. Por primera vez, el gasto corriente más elevado se asigna a la política social, alcanzando los 438,7 millones, en comparación con los 392,4 millones de 2023, superando así el gasto en limpieza y cuidado del espacio público, también conocido como bienestar comunitario, que se sitúa en 419 millones, frente a los 403 millones del presupuesto anterior.
Entre otros, deben servir para construir 1.000 nuevos pisos públicos. El acuerdo también contempla destinar un fondo de 15 millones de euros para actuaciones en calles con mucho tráfico, como Balmes, el paseo Maragall y Fabra i Puig. Además, se establecerá un plan de retorno social de la Copa América, que implicará la asignación de 10 millones de euros del recargo municipal de la tasa turística a inversiones en la Barceloneta. Por último, se creará la Oficina de la Lengua Catalana, que contará con una dotación presupuestaria de 4 millones de euros.
"Punto de inflexión"
Esto, pues, es un balón de oxígeno para Jaume Collboni, que cuando estaba defendiendo las cuentas las definió como "un punto de inflexión" para la ciudad.