Ubicado en la pintoresca Costa Dorada, el encantador enclave de Tamarit de Mar despierta la curiosidad de los visitantes con su combinación única de historia medieval, entorno natural y vistas impresionantes.
Desde sus pequeñas playas hasta su imponente castillo, Tamarit ofrece una experiencia única para los amantes de la tranquilidad y la exploración.
Con un origen medieval, Tamarit de Mar fue en algún momento un punto de encuentro entre la Cataluña cristiana y musulmana. A lo largo de los años, ha soportado numerosos desafíos, desde enfrentamientos con piratas hasta ocupaciones militares y violentos temporales, que sumieron al antiguo pueblo pesquero en la pobreza.
A pesar de estos desafíos, su historia se ha conservado en sus calles y edificaciones, invitando a los visitantes a sumergirse en el pasado.
El castillo de Tamarit, una de las joyas históricas del enclave, no solo alberga una impresionante fortaleza del siglo XI, sino también una vicaría, casas señoriales y una iglesia de Santa María con un altar mayor barroco.
Aunque actualmente es de propiedad privada y no se permite el acceso al interior, su majestuosidad sigue cautivando a quienes lo contemplan desde fuera.
Una de las curiosidades más fascinantes del castillo es su historia de restauración a manos del coleccionista de arte norteamericano Charles Deering en 1916.
Acompañado por el reconocido pintor Ramon Casas, Deering transformó el castillo en un centro cultural, restaurando sus fachadas y agregando elementos artísticos que reflejaban su amor por el arte y la belleza.
El entorno natural que rodea a Tamarit de Mar no se queda atrás en belleza y diversidad. Desde la idílica Cala Jovera, un pequeño paraíso de arena dorada rodeado de pinos, hasta la montaña de Sant Joan, donde se encuentra una batería de costa republicana utilizada durante la Guerra Civil, cada rincón ofrece una experiencia única para los amantes de la naturaleza y la historia.
Los senderistas encontrarán un paraíso en el camino de Ronda, que serpentea hasta la Playa Larga de Tarragona, pasando por el Bosque de la Marquesa y la Punta de la Mora. Este pintoresco paseo revela la riqueza natural y cultural de la región, incluyendo la Cantera del Mèdol, parte del patrimonio romano de Tarragona.
En resumen, Tamarit de Mar es mucho más que un destino turístico típico. Con su rico patrimonio histórico, su impresionante entorno natural y sus numerosas curiosidades, ofrece una experiencia inolvidable para aquellos que buscan explorar los rincones menos conocidos de la Costa Dorada.