La Paeria de Lleida se ha interesado por el Servicio de Orientación Nocturna que aplica, desde hace un tiempo, el Ayuntamiento de Cornellà. El pasado miércoles 24 de abril se celebró un encuentro entre la Guardia Urbana de Lleida y sus homólogos de esta localidad del Baix Llobregat para conocer su funcionamiento con el objetivo de recabar información para empezar a trabajar esta iniciativa en la ciudad de Lleida.
El Plan de Acción Municipal de la capital del Segrià recoge, entre sus objetivos, el estudio de la creación de la figura de los llamados Àngels de Nit o serenos y serenas en el año 2025 y ofrecerían asistencia a personas que lo necesiten, el control de vehículos estacionados, la detección de desperfectos en el espacio público o avisar a los cuerpos policiales en situaciones de conflicto.
Y es que estos Àngels de Nit o serenos y serenas vendrían a ser unos agentes cívicos en horario nocturno, aunque se pondría en marcha para nuevos perfiles profesionales.
Estas personas no tendrían competencias en seguridad ni facultad para multar, pero sí se encargarían de inspeccionar el mobiliario urbano para detectar desperfectos, supervisar el funcionamiento del alumbrado, auxiliar a personas, facilitar información y ofrecer cualquier ayuda que necesite la ciudadanía, entre otras funciones.
Una figura con muchos años de tradición
El sereno es el encargado nocturno de vigilar las calles y regular el alumbrado público. En determinadas ciudades o barrios también debía abrir las puertas. De hecho, incluso en algunos países, anunciaba la hora y las variaciones atmosféricas.
Era habitual que fuesen armados con una garrota o chuzo, y usasen un silbato para dar la alarma en caso necesario. Como oficio, existió en España y en algunos países de Sudamérica desde el siglo XVIII.
Los primeros serenos se documentan en España en el año 1715, creándose el Cuerpo de serenos el 12 de abril de 1765, siendo más tarde incluidos en un Real Decreto del 16 de septiembre de 1834, donde se regulaba la función de los serenos en las capitales de provincia.
En general, el oficio desapareció casi en su totalidad a finales del siglo XX, pero recientemente se ha recuperado la figura del sereno en algunas poblaciones, como ahora quiere hacer Lleida.