La imagen muestra un libro titulado "Viaje en blanco y negro" de Lasse Söderberg, con fotografías de Christer Strömholm y traducción de Ángela García, colocado en un estante de una biblioteca.

Lasse Söderberg hizo un “Viaje en blanco y negro” por la España de 1962

Apuntes de un viaje del escritor sueco por la España que despertaba al turismo con fotos de Christer Strömholm

“Era el año 1962. En España un jornalero ganaba aproximadamente 0’26 de dólar por hora. Nueve millones de turistas visitaban el país, tres veces más que tres años atrás. Juan March, el financiador de Franco, a cuyo banco, debo confesar, acudí alguna vez, era uno de los siete hombres más ricos del mundo. Antonio Saura pintaba el retrato imaginario de Goya, que ahora está en el Museo Moderno de Estocolmo, y Christer abría su escuela de fotografía, que se volvió legendaria. En cuanto a mí, escribí algunos poemas sobre los mineros de la huelga de Asturias. Apenas lograron pasar el límite de lo patético”. Así resume el escritor sueco Lasse Söderberg el recorrido que hizo por nuestro país en 1962 y que le dio pie para describir un a realidad pretérita subrayada por las fotos de Christer Strömholm en su libro “Viaje en blanco y negro” (Renacimiento)

Söderberg recorrió la península con su amigo el fotógrafo Christer, interesado en “prostitutas, marineros norteamericanos, curas y guardias civiles” capturados en la parte baja de las Ramblas y en el Barrio Chino (hoy el descafeinado Raval), mientras que el autor del texto prefería pasear por las librerías de viejo de la Cuesta de Moyano de Madrid. El caso es que en este libro de viajes no se refiere a ninguno de estos dos paisajes, sino a otros no menos interesantes como Calanda (donde encuentra postales en una mercería que vende también santos, mantillas y plumas de avestruz), el eje Salamanca-Cáceres formado por las comarcas de La Alberca, Las Batuecas y Las Hurdes (“los que poblaban el lugar eran hechura de siglos de miseria: piernas cortas y curvas, cabezas grandes, por lo general rapadas, algunos tenían pústulas en el cuello como consecuencia del bocio, una de las enfermedades más comunes, La idiotez era común debido a la endogamia. La malaria afectó a muchos”), la Mancha (donde en cada pueblo dice que hay tres puntos centrales. la iglesia, el ayuntamiento y la fuente pública) e incluso el entonces recientemente inaugurado Valle de los Caídos (hoy de Cuelgamuros), con una sucesión de personajes interesantes encontrados en el camino. Así Blas de Otero en Bilbao o el cura de Uña, que se hizo sacerdote porque era la única forma de que pudiera estudiar el hijo de una familia pobre y era rojo y ateo, o numerosos personajes desconocidos, ellas de negro, con delantal y con pañuelo en la cabeza y ellos con boina, amén de reiteradas citas a los mineros de Asturias en huelga y a la repercusión de este conflicto en otras provincias.

Si el texto resulta expresivo de una España harto diferente de la actual, las fotos subrayan con la fuerza de la imagen aquella realidad. Séanos permitido citar una sola que reproduce cierro grafiti cuyo texto rezaba: “Aquí en esta triste casa, en una noche de lluvia, perdí mi honra con un joven del pueblo de Saelices, cuyo nombre me reservo: a los 19 años de edad” Y lo firmaba una tal Julia cuyo apellido no se lee con claridad.