El Ministerio de Medio Ambiente ha iniciado el proceso de modificación del Reglamento General de Costas, tomando en cuenta una reflexión crucial: "El calentamiento global es una realidad innegable y, en este siglo, se espera un aumento del nivel del mar en nuestras costas de más de medio metro". Este fenómeno, combinado con los impactos de grandes temporales como el reciente Nelson, que causan la desaparición de playas y paseos marítimos, podría requerir ajustes en la actual delimitación del dominio público marítimo-terrestre. Esta situación genera incertidumbre para miles de propietarios de viviendas y negocios ubicados en primera línea de costa.
De acuerdo con informaciones de El Economista, el Gobierno contempla la posibilidad de expropiar edificaciones situadas en esta primera línea de mar, tales como apartamentos, hoteles o chiringuitos, y otorgar al propietario su uso por un período de 30 años, lo que podría provocar una ola de expropiaciones masivas en lugares como la Costa Brava.
Aunque aún no se ha divulgado el contenido exacto del decreto en el que está trabajando el ministerio, se sabe que, tras la anulación por parte del Tribunal Supremo de un intento de modificación del decreto en 2022, se señaló que la sentencia no cuestionaba "el fondo de la regulación", dejando así la puerta abierta para una posible reintroducción de los cambios reglamentarios "con el mismo contenido".
En esa revisión, se hacía hincapié en la urgencia de actualizar el reglamento de 2014 para adecuarlo "a las nuevas realidades climáticas". Entre sus metas se incluía la necesidad de establecer normativas para las concesiones y prórrogas en zonas costeras, con la intención de "limitar su vigencia". La modificación del reglamento implementada por el Gobierno de Sánchez en 2022 afectó, entre otros aspectos, a los procedimientos de delimitación marítimo-terrestre y a las especificaciones de los chiringuitos, lo cual suscitó críticas por parte de los empresarios del sector turístico en su momento.
Según un simulador creado por la organización Climate Central, una subida de 0,5 metros del nivel del mar podría alterar drásticamente el litoral de la Costa Brava. Veríamos desaparecer la gran mayoría de playas y paseos marítimos del litoral, pasando la primera línea de mar al lugar donde ahora se sitúan los edificios que están en esta primera línea.