Una manifestación del movimiento Black Lives Matter

Condenan a 40 años de cárcel a un expolicía por torturas a afroamericanos

Los detenidos fueron obligados a desnudarse, a ducharse juntos y a beber líquidos como aceite de cocina, leche o alcohol, todo ello mientras recibían insultos racistas y descargas eléctricas

Un tribunal federal de Jackson (Estados Unidos) ha condenado a un exagente de la Policía del estado de Mississippi a 40 años de prisión por torturar a dos hombres afroamericanos a principios de 2023 junto a otros cinco compañeros, de los que tres ya han recibido sus respectivas sentencias, mientras que se esperan las otras dos esta misma semana.

El juez de distrito Tom Lee ha impuesto la sentencia, que hasta ahora es la más dura de las cuatro, contra el exayudante del sheriff del condado de Rankin, Christian Dedmon, por cometer las acciones "más espantosas, brutales y crueles imaginables", según ha publicado CNN.

Previamente, el mismo juez ha condenado a los exagentes Hunter Elward (20 años de cárcel), Jeffrey Middleton (17 años y medio de prisión) y Daniel Opdyke (17 años y medio de cárcel), al considerar que los hechos eran "atroces y despreciables".

Los 6 expolicías se declararon culpables en agosto de 2023 de los cargos relacionados con haber torturado a dos hombres negros, a los que asaltaron, arrestaron sin causa, detuvieron ilegalmente, golpearon y acusaron falsamente de delitos graves.

Además, Elward ha admitido que puso una pistola en la boca de una de las víctimas para asustarla, tras lo que el arma se disparó de forma accidental, causando heridas graves en la boca, garganta y cuello, aunque acabó sobreviviendo.

Los dos detenidos también fueron obligados a desnudarse, a ducharse juntos y a beber líquidos como aceite de cocina, leche o alcohol, todo ello mientras recibían insultos racistas y descargas eléctricas.

Tras ello, los agentes --que se autodenominan 'The Goon Squad' (El escuadrón de matones), debido a su disposición a usar fuerza excesiva y no denunciarlo-- intentaron ocultar sus acciones mediante una tapadera que incluía armas y drogas, algo que usaron para acusar a las víctimas hasta que uno de los agentes admitió los hechos.