La gente deja flores y homenajes frente a la embajada rusa en Londres para las víctimas del ataque terrorista en Moscú reivindicado por el grupo terrorista ISIS.

Aumentan las víctimas mortales del atentado en Moscú: al menos 133 fallecidos

Rusia ha detenido a once sospechosos de haber cometido el ataque en una sala de conciertos de la capital rusa

La capital rusa, Moscú, vivió la noche del viernes una de sus noches más negras. Un grupo de sujetos armados abrió fuego en el interior de la sala de conciertos Crocus City Hall en el noroeste de la ciudad dejando un balance provisional de 133 muertos y más de cien heridos, según adelantó el Servicio Federal de Seguridad.

El Estado Islámico reivindicó horas más tarde el ataque -aunque Rusia insiste en un supuesto vínculo de Ucrania con el mismo-, y lo hizo tras la detención de once personas por parte de las autoridades rusas. Entre ellas, están los cuatro persuntos autores materiales del atentado.

Durante las últimas horas, ha trascendido el interrogatorio que las autoridades rusas han hecho a dos de estos once detenidos. En uno de ellos, publicado por la editora de la televisión estatal rusa Margarita Simonyan, aparece uno de los detenidos explicando que llegó a Rusia desde Turquía, en avión, el pasado 4 de marzo, y que recibió "instrucciones de desconocidos a través de Telegram para llevar a cabo el atentado a cambio de dinero".

Por otra parte, el otro arrestado cuyo vídeo ha trascendido fue interrogado por un intérprete, al no hablar ruso. En este caso, el hombre explica que estaba viviendo "en un hostel, con otros migrantes de Tayikistán", y que también le ofrecieron hacer el atentado a cambio de dinero.

El Estado Islámico y el uso de Telegram

El uso de Telegram por parte de grupos terroristas, y del Estado Islámico en concreto, viene siendo habitual durante los últimos años. Este tipo de canales proporcionan un espacio virtual donde los reclutadores pueden interactuar directamente con individuos vulnerables, ofreciendo una narrativa distorsionada que promueve la radicalización y la adhesión a la causa yihadista.

La naturaleza encriptada de Telegram dificulta la vigilancia y el control de estas actividades por parte de las autoridades, lo que ha permitido al Estado Islámico expandir su influencia y reclutar seguidores, incluso en lugares donde su presencia física es limitada.

A través de canales y grupos en esta aplicación de mensajería cifrada, el grupo terrorista ha difundido propaganda violenta, videos de entrenamiento, y mensajes de reclutamiento dirigidos a potenciales simpatizantes en todo el mundo.