La Audiencia de Barcelona juzga a un instructor de un centro de yoga de Vic (Barcelona) acusado de abuso sexual

Piden 4 años de prisión para un osteópata por tocamientos a una adolescente en Vic

La Fiscalía pide una condena de 4 años de prisión y él replica que la chica quería “llamar la atención”

a Audiencia de Barcelona ha juzgado este miércoles a un instructor de un centro de yoga de Vic (Barcelona) acusado de abuso sexual al presuntamente tocar los pechos a una adolescente de 14 años mientras le hacía una sesión de osteopatía.

En el juicio ya visto para sentencia, la Fiscalía ha reclamado una condena de cuatro años de prisión mientras que la defensa pide la absolución del acusado y que, de ser condenado, se tenga en cuenta como atenuantes que ya ha depositado la indemnización que se le reclama (5.000 euros) y que el procedimiento se ha alargado durante unos cuatro años.

La menor empezó a acudir al centro a principios de 2020, una vez por semana, para tratar su escoliosis, y el abuso que se ha enjuiciado este miércoles presuntamente ocurrió en la última sesión que hizo en ese centro, el 12 de marzo de 2020, a las puertas del confinamiento por la pandemia de coronavirus.

Sin embargo, sus padres no lo denunciaron hasta agosto, cuando ella lo explicó por primera vez a su hermano una noche que había “bebido de más”, ha contado la madre al testificar en el juicio.

La madre, médico de cabecera, también ha explicado que decidió llevar a su hija a ese centro para hacer rehabilitación porque el acusado era paciente suyo y sabía que se dedicaba a la osteopatía.

"No tenía control de mi cuerpo"

La declaración de la menor se hizo 14 meses después de la denuncia, ante dos psicólogas, y se grabó como prueba preconstituida que se ha emitido en el juicio: “Pensé en levantarme, lo que pasa es que no me atrevía. Me sentía que no tenia control de mi cuerpo”, dijo al relatar los tocamientos durante el masaje.

Por su parte, el acusado ha contestado a todas las preguntas del fiscal y de su abogado, ha afirmado que notaba falta de autoestima en la menor y que ella se tomó mucha confianza con él pero nunca coqueteó.

“Creo que en el momento en que estaba necesitaba llamar la atención. A lo largo de todas las clases me daba la impresión de que ella hacía canto, danza y venía a mis sesiones... pero a mí se me antojaba que la niña, más que hacer todo esto, necesitaba atención de los padres”, que estaban en proceso de separación.

La hermana del acusado, también instructora en el centro de yoga y testigo en el juicio, ha añadido que él no quería hacer la última sesión con la menor por miedo a contagiarse de coronavirus ya que toda su familia sufren problemas respiratorios, pero que la atendió porque acudió sin un adulto que la acompañara si la hacían marcharse.

Tachan la declaración de "memorizada"

El abogado de la defensa ha puesto en duda la veracidad de la declaración de la joven, que ha dicho que la “prueba está absolutamente contaminada, la niña está absolutamente dirigida, la declaración parece absolutamente mecanizada y memorizada”.

También ha cuestionado que no explicara el abuso hasta cinco meses después, a lo que ha remarcado que en ese periodo recibía tratamiento psicológico por la separación de sus padres, y ha añadido que el informe de las peritos psicólogas de la causa concluye que la menor estaba afectada por el divorcio pero no por el abuso, del que afirma no constan secuelas.