Un bloque de viviendas en Madrid

Así se ha producido el declive de la multipropiedad en España

La crisis financiera de 2008 golpeó un sistema muy común entre los españoles en el principio del siglo XXI

La historia de la multipropiedad en España es una montaña rusa que ha pasado por períodos de euforia y ahora enfrenta el desencanto de muchos de sus participantes. Según un artículo de El País, en décadas pasadas, la multipropiedad tuvo un auge significativo, especialmente entre los años 80 y 90 del siglo pasado. Sin embargo, como ha recogido el diario, fue entre 2002 y 2008 cuando alcanzó sus niveles máximos de ventas, impulsado por un contexto económico favorable y la financiación bancaria que facilitaba estas compras.

Datos de la Asociación Española de Afectados por la Multipropiedad (Ascoe) indican que España acumulaba alrededor de 100,000 socios de multipropiedad en 2010, representando aproximadamente el 26% del total de complejos de multipropiedad en Europa. Esto convirtió a España en uno de los principales mercados de multipropiedad en el continente.

Sin embargo, el atractivo inicial de tener un apartamento en la playa a un costo relativamente accesible pronto se vio empañado por la letra pequeña de los contratos y las prácticas agresivas de venta. Según menciona Juan Madrigal-Bormass, abogado de Ascoe, en declaraciones al periódico, las presentaciones de multipropiedad eran reuniones prolongadas y persuasivas, donde se presionaba a los compradores para firmar contratos sin darles el tiempo necesario para reflexionar.

La regulación de la multipropiedad en 1998, con la aprobación de la Ley 42/1998, marcó un hito importante al limitar la duración de los contratos y eliminar la multipropiedad a perpetuidad. Como ha destacado el artículo de El País, esto permitió a los afectados acudir a la vía judicial para buscar soluciones a sus problemas. Alberto Mondragón, presidente de Ascoe, ha expresado en entrevistas que desde entonces, el Tribunal Supremo ha dictado numerosas sentencias que declaran la nulidad de estos contratos, lo que ha permitido a los afectados recuperar parte o todo el dinero invertido.

Pablo Muñoz, heredero de una multipropiedad adquirida en 1994, también compartió su experiencia con El País, destacando las dificultades actuales para aprovechar el tiempo de uso debido a conflictos de agenda y el aumento de las cuotas de mantenimiento. Este escenario refleja la evolución de la multipropiedad, desde una opción aparentemente atractiva hasta una realidad con complicaciones legales y financieras para muchos propietarios.

En la actualidad, la multipropiedad enfrenta un declive evidente. Como informa El País, empresas como Reclamalia señalan que ya no hay mercado para este sistema vacacional, y muchos propietarios buscan deshacerse de sus contratos con dificultad. Las prácticas agresivas de venta y las promesas engañosas han dejado una huella de desencanto y desconfianza en una modalidad que alguna vez fue una opción popular para tener una segunda residencia.