Un cadáver siendo criogenizado

Hay al menos cinco españoles muertos y congelados que esperan ser resucitados

Los españoles criopreservados están distribuidos en diferentes países del mundo

La criopreservación, una técnica que desafía las nociones convencionales sobre la muerte y la vida, ha ganado un interés creciente en España en los últimos años. Con un total de cinco casos de españoles en estado de pausa biológica, distribuidos en diferentes partes del mundo, esta práctica ha surgido como una opción intrigante para aquellos que buscan prolongar su existencia más allá de los límites naturales.

En ABC comparten la historia de Max, quien buscó desesperadamente una solución para prolongar la vida de su padre enfermo de cáncer de páncreas, es solo una entre varias que ilustran el creciente interés en la criopreservación. Tras descubrir la técnica en línea, Max vio en ella una oportunidad para "pausar" la vida de su padre, con la esperanza de que la ciencia avanzara lo suficiente como para revivirlo en el futuro. Su odisea para criopreservar a su padre y llevarlo a Rusia, donde se encuentra actualmente, refleja los desafíos y la determinación que rodean a esta práctica.

José Luis Cordeiro, un ingeniero y defensor destacado de la criogenización, ha desempeñado un papel crucial en la introducción de esta tecnología en España. Desde la coordinación de la primera criopreservación en la Península Ibérica en 2016 hasta su apoyo continuo a la causa, Cordeiro ha sido un defensor incansable de la criopreservación como una opción válida para aquellos que buscan desafiar la mortalidad.

Sin embargo, la falta de legislación clara en España ha planteado desafíos para aquellos que desean optar por la criopreservación. Las familias de aquellos criopreservados prefieren mantener cierto anonimato, expresando su descontento con la situación actual en el país y sintiendo que se les ha fallado al no permitir la criopreservación del cuerpo entero en su territorio.

En todo el mundo, más de 500 personas ya están en estado de conservación criogénica, con alrededor de 100 en Rusia y el resto distribuidas en varios países como China y Suiza. En España, específicamente, hay 500 personas en lista de espera para ser criopreservadas, lo que refleja el creciente interés y la demanda de esta tecnología en el país.

Aunque la criopreservación plantea desafíos éticos y legales, aquellos que la respaldan argumentan que es una alternativa válida que ofrece una esperanza real de vida prolongada. Con avances científicos continuos, la posibilidad de "reanimar" a aquellos en estado de conservación criogénica podría convertirse en una realidad en un futuro no muy lejano. La promesa de la criopreservación, con su potencial para desafiar las limitaciones de la mortalidad, continúa captando la atención y la esperanza de aquellos que buscan prolongar su existencia.