Retrato de un satélite en el espacio

El misterioso regreso a casa de un satélite tras 30 años en el espacio

El satélite fue retirado en 2011 y la ESA decidió “sacarlo de órbita” para reducir la posibilidad de una colisión con otra sonda

Un satélite incontrolado se adentrará el miércoles en la atmósfera terrestre después de casi 30 años en órbita.

Se espera que el satélite europeo pionero, conocido como ERS-2, se rompa en pedazos al entrar en órbita, la mayoría de los cuales se quemarán.

El satélite tendrá un reingreso "natural", girando a través de la atmósfera, lo que significa que el momento y la ubicación precisos de la caída de los restos son difíciles de predecir.

En su pronóstico más reciente, la Agencia Espacial Europea predijo que el satélite volvería a entrar en la atmósfera terrestre a las 15.49 horas del miércoles.

En este punto, se espera que el satélite esté sobre el Océano Pacífico, pero una ventana de incertidumbre de más de tres horas significa que podría estar en un punto diferente de su órbita cuando comience a arder.

Cuando se lanzó en 1995, ERS-2 “era la nave espacial de observación de la Tierra más sofisticada jamás desarrollada y lanzada por Europa”, según la ESA, y revolucionó nuestra comprensión de la crisis climática.

"Nos proporcionó nuevos conocimientos sobre nuestro planeta, la química de nuestra atmósfera, el comportamiento de nuestros océanos y los efectos de la actividad humana en nuestro medio ambiente", dijo Mirko Albani, director del programa espacial de patrimonio de la ESA.

El satélite fue retirado en 2011 y la ESA decidió “sacarlo de órbita” para reducir la posibilidad de una colisión con otra sonda.

La ESA publicó el lunes fotografías del satélite cayendo en picado hacia la atmósfera. Las imágenes fueron tomadas entre el 14 de enero y el 3 de febrero, cuando ERS-2 todavía se encontraba a una altitud de más de 300 kilómetros.

Ha estado cayendo más de 10 kilómetros por día, y la velocidad de su descenso aumenta rápidamente.

Cuando alcance unos 80 kilómetros, empezará a romperse y luego a quemarse.

El momento exacto es incierto debido a las condiciones atmosféricas impredecibles, que pueden aumentar o disminuir la resistencia al satélite.

Tampoco se sabe en qué dirección mira el satélite, lo que también influye en su trayectoria.

La gran mayoría del satélite se quemará, y cualquier pieza que sobreviva se esparcirá de forma algo aleatoria sobre una trayectoria terrestre de una media de cientos de kilómetros de largo y decenas de kilómetros de ancho.