Una garrapata sobre la piel de una persona

Muere el hombre hospitalizado en España por fiebre hemorrágica de Crimea-Congo

El paciente fue picado por una garrapata

El hombre de edad avanzada ingresado en Salamanca por un caso de fiebre hemorrágica de Crimea-Congo (F.H.C.C), tras unos análisis practicados por el Centro Nacional de Microbiología del Instituto de Salud Carlos III, ha fallecido.

La Junta de Castilla y León, a través de la Dirección General de Salud Pública y su Servicio de Epidemiología, confirmó la pasada semana la infección del varón, ingresado entonces en el Hospital de Salamanca con "un cuadro clínico compatible con la F.H.C.C.".

En la información entonces facilitada, reseñó que el paciente presentaba picadura por garrapata y que se encontraba con las medidas de aislamiento y protección de los profesionales sanitarios previstas para estas situaciones.

La fiebre de Crimea-Congo, una enfermedad viral transmitida por garrapatas, ha surgido como una preocupación creciente en varias partes del mundo debido a su potencial impacto en la salud pública. Originaria de África, esta enfermedad se ha propagado a regiones de Europa, Asia y Oriente Medio, desencadenando alarmas entre los expertos en salud.

La fiebre de Crimea-Congo presenta una amplia gama de síntomas que pueden variar en su gravedad y duración. Además de la fiebre alta, los pacientes pueden experimentar dolores musculares intensos, dolor de cabeza, fatiga extrema y malestar generalizado. A medida que la enfermedad progresa, pueden aparecer síntomas más graves, como vómitos, diarrea, dolor abdominal y erupciones cutáneas.

En los casos más severos, la fiebre de Crimea-Congo puede causar hemorragias internas y externas, lo que lleva a una disminución rápida de los niveles de plaquetas y un aumento del riesgo de shock y fallo multiorgánico. Es importante buscar atención médica inmediata si se experimentan estos síntomas, especialmente después de una posible exposición a garrapatas o sangre de animales infectados. La identificación temprana y el tratamiento adecuado son fundamentales para mejorar las tasas de supervivencia y reducir el impacto de la enfermedad en la comunidad.

La expansión geográfica de la enfermedad ha sido atribuida a factores como el cambio climático, la movilidad humana y la falta de medidas de control de vectores. La detección temprana y la rápida respuesta son cruciales para contener su propagación.

Los esfuerzos de vigilancia y prevención, junto con la educación pública sobre medidas de protección personal y control de garrapatas, son fundamentales para mitigar el riesgo de brotes. Sin embargo, la fiebre de Crimea-Congo sigue siendo un desafío para los sistemas de salud global, destacando la necesidad de una cooperación internacional efectiva en la lucha contra enfermedades infecciosas emergentes.