El Paris Saint-Germain (PSG) se coronó campeón de la Ligue 1 este fin de semana después de ganar al Mónaco por 3-2 en la jornada 31. De esta forma, el equipo parisino continúa con su dominio en la liga francesa, ganando 12 títulos en los últimos 13 años.
Sin embargo, no todo son buenas noticias, ya que se enfrenta a un desafío financiero significativo al cerrar la temporada 2022-2023 con pérdidas que superan los cien millones de euros.
Según revela el informe del Departamento de Control de Gestión de la Liga Profesional Francesa (Dncg), las cifras rojas del club se han elevado a 109,8 millones de euros, contribuyendo así al déficit general de la Ligue 1.
El informe de la Dncg destaca que dieciocho equipos en la Ligue 1 acumularon pérdidas conjuntas de 273 millones de euros durante la temporada pasada, en comparación con los 582 millones de euros en déficit colectivo registrados en 2021-2022.
En este contexto, el PSG es responsable de alrededor del 40% de las pérdidas totales del campeonato.
Además, el Olympique de Lyon también cerró el ejercicio con pérdidas considerables, alcanzando los 99 millones de euros. Estos dos gigantes del fútbol francés representan conjuntamente el 77% de las pérdidas totales de la Ligue 1.
A pesar de este panorama económico desafiante, el PSG está proyectando la construcción de un nuevo estadio después de optar por abandonar el Parc des Princes. Esta decisión se produce tras la entrada de Arctos en la propiedad del club, y refleja la ambición de tener una instalación propia.
El presidente del PSG, Nasser Al-Khelaifi, confirmó la salida del equipo del Parc des Princes el pasado 9 de febrero, después de que el Ayuntamiento se negara a vender el estadio.
Esta decisión se produjo tras una moción de censura para considerar el Parc des Princes como patrimonio de la ciudad, presentada por la alcaldesa Anne Hidalgo.
Al-Khelaifi expresó su frustración ante la dificultad de adquirir el estadio, afirmando que el club ha perdido tiempo tratando de comprar el Parc des Princes.
Anteriormente, el PSG había considerado adquirir el Stade de France como alternativa, buscando una capacidad mayor que sus actuales 47.000 asientos. Sin embargo, el club se retiró de la carrera al no presentar ninguna oferta formal antes de la fecha límite establecida.