Una manifestación del 8 de marzo

Los hombres que nos acompañan este 8M

Hombres que están a nuestro lado, pase lo que nos pase, en las buenas y en las difíciles

Cada 8 de marzo recibo unas pocas felicitaciones. Siempre la primera desde que tengo uso de razón es la de mi padre, alguien que siempre ha creído que todos merecemos las mismas oportunidades, seamos hombres o mujeres.


Mi padre cocina, mi padre siempre ha querido que sus dos hijas cursen estudios universitarios y con su nieta ha sido igual de exigente. Tener el carnet de conducir también es obra de su tozuda persistencia y le debo tantas cosas que no llegaría un solo artículo para explicarlas.


En este día nos acordamos principalmente las mujeres de todo aquello que hemos conseguido y reivindicamos todo lo que nos queda por conseguir. Permitidme que en esta ocasión, queridos lectores rinda un sentido homenaje a hombres, como mi padre, de los que poco o nada se habla, pero de los que todas somos conscientes.


Hombres que están a nuestro lado, pase lo que nos pase, en las buenas y en las difíciles y que les dicen a los de su quinta y las siguientes que este es nuestro momento. Se sienten orgullosos además de haber contribuido a que estemos donde estamos y en silencio junto a ellos construimos juntos un lugar mejor para todas.


Sin ellos, que han cedido un espacio que ocupaban por haber nacido hombres en todo el ancho de banda, las cosas no habrían cambiado. Son los que no se van de putas ni se emborrachan. Padres, como el mío, que no dejan que nos acomodemos ni nos resignemos. Que nos han empujado a crear nuestro propio lugar y ser quienes somos.


Las mujeres somos fuertes y estos hombres más que el resto, porque no se sienten intimidados por lo que somos capaces de hacer y se alegran con nosotras de todo lo conseguido, con nosotras este 8M.


Para ellos, hoy toda nuestra gratitud. Con vosotros al fin del mundo. 

Feliz día de la mujer trabajadora.