Una imágen de una señal de STOP

'Prohibido prohibir'

El famoso lema libertario de 1968, “prohibido prohibir”, vuelve de nuevo a tener vigencia

Llevamos ya unos cuantos años soportando cambios, que no siempre significan mejoras para la ciudadanía. Los camuflan bajo la excusa de avanzar, mejorar y ponerse al día. En algunos casos es cierto, en otros es un gran camelo que lo que hace es prohibir, recortar derechos y tener a la gente domesticada y convencida de que no se puede hacer nada: la resignación colectiva que aletarga a las personas, bajo las amenazas de ser multadas o llevarlas ante la justicia. ¿Se están restringiendo las libertades de las personas? Si se analizan estos 40 años en los que retornó de nuevo la democracia en España, lo que fue una explosión de entusiasmo, de abrir las puertas  y ventanas para que entrase el aire fresco que había sido eliminado de los hogares, de las familias, de la sociedad, lo cierto es que cada vez se prohíben más cosas, incluida la libertad de expresión que eso unos de los valores más importantes con que cuenta la sociedad: colectiva e individualmente.

El famoso lema libertario de 1968, “prohibido prohibir”, vuelve de nuevo a tener vigencia. Hay que seguir reivindicando:“prohibido prohibir”. No hay que olvidarse que las prohibiciones también producen reacciones contrarias, “Mucho más se desea lo que se veda”- El ser humano es el animal que tropieza las veces que haga falta con la misma piedra. Lo prohibido atrae, y llevar la contraria ante una imposición es algo cotidiano que debe conocer los que dictan las normas o mandas hacerlas, es algo natural en las personas.

Se prohíbe circular a tal o cual velocidad, porque hay gente, minoría, que se salta las normas: lo pagan la mayoría que no lo hacen. Se limita la presencia en los centros de salud durante la pandemia, decían. Pasada ya la misma, la norma sigue vigente: se prohíben las visitas presenciales. Lo mismo ocurre para acudir a un ayuntamiento y realizar cualquier gestión; cita previa telefónica, presencialmente no la dan: prohibido ir allí si no tienen cita previa. En algunas comunidades autónomas se han prohibido los toros. Hasta el ministro de cultura ha prohibido que se sigan otorgando los premios nacionales de tauromaquia y se ha quedado mirando a la Cibeles. La lista es larga para seguir enumerándola… La penúltima, es que el Gobierno, con el beneplácito de algunos partidos políticos, pretende meterles mano a los medios de comunicación” - “los seudo medios”, que ellos llaman-. ¿Debe el Gobierno clasificar a los medios? ¿Intervencionismo en democracia? La idea está en poner mordaza a los medios que ellos consideran que no hacen “bien su trabajo”, es decir, los medios que no son amigos ¿Dónde está la pluralidad? Ahora resulta que esos que se erigen defensores de la libertad, que quitan y ponen etiquetas, son los que quieren cambiar las leyes para liquidar a medios de comunicación. La legislación actual ya contempla como intervenir en el caso de que un medio de comunicación publique noticias que no son ciertas, o falsas. Lo saben y lo pueden utilizar . No hay que seguir apretando el cuello de los medios de comunicación, ni señalar a periodistas como causantes de todos los males del mundo.

Es hora de que el colectivo de periodistas, en cualquiera de las fórmulas, digan basta, se plante: está en juego no solo la libertad de expresión, si no la propia esencia de la democracia. Alguien dijo que “prohibido prohibir: La libertad comienza por una prohibición”. La ciudadanía está cansada de estar siempre en esa situación de ser culpable de todo, cuando resulta que es lo contrario: “Nadie es culpable hasta que no se demuestra lo contrario”. Así que sigamos reivindicando como sociedad, como colectivo, el “prohibido prohibir”.