Todos los 8 de marzo debemos alzar la voz con todas nuestras fuerzas, porque la tendencia social actual sigue obrando en contra de la mujer, y especialmente de la mujer trabajadora.
Nosotras, las trabajadoras del servicio de atención domiciliaria somos la prueba empírica de la brecha salarial y la discriminación de género en el trabajo.
Si ponemos en contraste sectores profesionales masculinizados vs feminizados, visualizaremos rápidamente dicha discriminación.
En Cataluña se estiman unas 10.000 trabajadoras empleadas en el servicio de atención domiciliaria, y en el resto del territorio del estado español unas 120.000.
No obstante, dicho sector sufre un evidente abandono institucional, un sonoro silencio social, y un ninguneo sistemático de las patronales que adjudicatarias de partidas públicas de “la dependencia”.
Dichas patronales negocian el precio hora de la trabajadora/cuidadora a más de 20 euros, y luego abonan el salario mínimo a sus empleadas; propician contratos temporales y parciales, falta de conciliación familiar, hipotecas horarias (bolsa de horas).
Todo ello ante una sociedad impasible ante el sufrimiento del prójimo, y centenares de responsables políticos que simplemente ocupan su tiempo en otros menesteres.
Hacía falta ya un sindicato de mujeres, un sindicato de trabajadoras, un sindicato de cuidadoras que pusiera el acento en la sílaba tónica, y que señalara con el dedo la hipocresía de todos los que hacen creer a la sociedad que cumplen un cometido en favor de la igualdad o la democracia.
En pleno 2024 toca más que nunca marcarse un “hand made” justiciero, porque si crees que cambiarás algo votando cada 4 años, o haciendo sindicalismo junto a los que han firmado un convenio que te tiene en la más absoluta esclavitud, “amiga, vas lista”.
En 2023-24, las cuidadoras del SADenLUCHA seguimos asumiendo la responsabilidad de ir municipio por municipio a conocer compañeras, a empoderarlas, a compartir conocimiento y unir fuerzas.
Como consecuencia del trabajo minucioso que las cuidadoras están realizando, el mes pasado el ayuntamiento de Vilafranca del Penedés y el de Arenys de Mar se vieron empujados a aprobar mociones en relación a la penosa situación laboral de las cuidadoras de atención domiciliaria, dicho sea de paso porque la contrata que mantiene el ayuntamiento de Vilafranca ya ha sido declarada ilegal por el TSJ, y será ratificada por el Tribunal Supremo en días, y el municipio de Arenys deriva “SAD vinculados” a empresas que están enjuiciadas por tener a empleadas sin asegurar. Otros ayuntamientos como el de Cerdanyola o el de Sant Feliu ya han manifestado la necesidad de aprobar mociones para corregir la injusticia histórica que sufren las cuidadoras del #SADen LUCHA.
Con la esperanza de que todos los pasos acaben confluyendo en un mismo rio. Seguimos luchando, y seguiremos hasta que la corriente se lleve a todos los que pensaron que externalizar era buena idea, subcontratar los cuidados a filiales de corporaciones propiedad de oligarcas era buena idea, que aplastar bajo un intimidante silencio a más de 120.000 cuidadoras era buena idea.
No serán bien recibidos en las concentraciones del 8M todos los concejales que se llenan la boca de buenas palabras, pero cuando entran en su despacho mantienen relaciones mercantiles a costa de las cuidadoras y del caudal público con ACS, FERROVIAL, SACYR, y todo ese conglomerado de oligarcas que están pegados a la suela de nuestra democracia y no podemos despegar.
Hoy especialmente, nos llena de orgullo presentar la canción de BELLA CIAO con letra y voz de las compañeras del Ripollés, que, además, hoy presentan el documental Esencials en Ripoll con motivo del 8M. Nos empuja la vida a seguir defendiendo el sistema público de cuidados, y alejar a los buitres y su ánimo de lucro de las personas vulnerables de nuestra sociedad, defender una vida digna, y sobre todo defender un sector profesional compuesto por más del 90% mujeres, claramente feminizado.
Cuidar es dar vida, y vivir es urgente. Por ello, y por todas. Fuerza en el camino, feliz 8M.