'Don Quijote' del Ballet Nacional de Cuba

El espíritu de Alicia Alonso revivió en Terrassa con 'Don Quijote'

El Ballet Nacional de Cuba fundado por Alicia Alonso, ha regresado a Terrassa

Fue hace exactamente treinta años cuando Alicia bailó en Terrassa Alonso en una de sus últimas actuaciones como “prima ballerina assoluta” interpretando la pieza titulada “La Peri”. Lo hizo al frente del Ballet Nacional de Cuba que ella misma había fundado y que dirigió hasta su muerte cuando era casi centenaria. Pues bien, esa misma formación, que ha estado reiteradamente en esa misma ciudad, regresó de nuevo para traer el aliento creativo de la ilustre bailarina y coreógrafa hispano-cubana con el fin de ofrecer la versión del “Don Quijote” de Petipa, que ella hizo con su primer marido Fernando Alonso (del que tomó el apellido, el suyo era Martínez del Hoyo)

Un feliz reencuentro con esa formación dentro de la 41 temporada BBVA de danza con una de las piezas más celebradas del ballet clásico en el que la música de profundas e inspiradas resonancias españolas de Ludwig Minkus -quién no es capaz de evocar los aire de la jota en uno de los fragmentos del primer acto- dio pie a Petipá a concebir una coreografía particularmente colorista, rutilante, marcadamente coral en su primer y tercer acto y más romántica en el segundo. 

La acreditada competencia técnica del Ballet Nacional cubano, ahora bajo la dirección de Viengasy Valdés, quedó subrayada una vez más. La formación, con nada menos que 33 bailarines, entre los que hay primeras figuras, solistas y cuerpo de baile, pero también alumnos destacados de la Escuela Nacional de Danza Fernando Alonso, demostró fehacientemente no ya su preparación coreográfica, sino también un sentimiento profundo que hizo de “Don Quijote” un espectáculo brillante y entretenido, al punto de que el público -que llenó la sala de La Factoría Cultural de Terrassa hasta la bandera-, desacostumbrado ya en estos tiempos a espectáculos danzarios de más de dos horas y media de duración, asistió impertérrito a la función e interrumpió en numerosas ocasiones para aplaudir con entusiasmo.

Lo dicho: un reencuentro feliz entre el espíritu de Alicia Alonso, tan ligada ella a Terrassa, y el público egarense.