Cada 23 de abril, Barcelona y toda Cataluña se visten de color y sabor para celebrar el día de Sant Jordi, una festividad que combina la pasión por la literatura y el romanticismo en una jornada llena de tradiciones únicas. Una de las costumbres más deliciosas de este día es la tradición de regalar y disfrutar de pasteles y otros dulces, un gesto que une a las personas en torno a la dulzura de la celebración.
La tradición de Sant Jordi tiene sus raíces en la leyenda de San Jorge, o Sant Jordi en catalán, el patrón de Cataluña. Según la leyenda, San Jorge rescató a la princesa de un feroz dragón, y de la sangre derramada por la bestia surgió un rosal de rosas rojas. Por eso, en Sant Jordi se celebra el amor y la cultura, siendo común el intercambio de rosas y libros entre parejas y seres queridos.
La inclusión de los pasteles en esta festividad se ha ido integrando a lo largo del tiempo como parte de la gastronomía tradicional catalana, aportando un toque dulce y festivo a la jornada. Durante Sant Jordi, las pastelerías y panaderías de Barcelona y toda Cataluña se preparan para ofrecer una amplia variedad de pasteles y dulces especialmente decorados para la ocasión. Desde deliciosos cupcakes decorados con motivos de rosas y dragones hasta exquisitas tartas temáticas, la oferta es diversa y tentadora.
Muchas personas aprovechan la ocasión para comprar estos pasteles como regalos para sus seres queridos, complementando así la tradición de las rosas y los libros. Los pasteles se convierten en un detalle dulce y personalizado que refleja el cariño y la celebración de la jornada.
Además, en algunos lugares, especialmente en las plazas y calles más emblemáticas de Barcelona, se organizan actividades y eventos donde se pueden degustar estos pasteles en un ambiente festivo y cultural. Es común ver a familias y grupos de amigos disfrutando de estos manjares mientras pasean y participan de las diversas actividades que animan las calles en este día tan especial.