Dos personas con mascarillas caminando en el patio de una prisión con alambre de púas y un edificio de fondo.

Sale a luz la brutal diferencia de servicios entre las prisiones vascas y el resto

Los presos en dicha comunidad recibirán 1.300 nuevas televisiones de forma gratuita

El Gobierno vasco ha destinado un presupuesto de 235.484 euros para la instalación de 1.300 nuevos televisores en las tres cárceles de Euskadi: Basauri en Vizcaya, Martutene en San Sebastián y Zaballa en Álava. Esta iniciativa tiene como objetivo enriquecer el lenguaje de los reclusos y mejorar su integración social, según las autoridades vascas, y como ha recogido Infobae.

La adquisición de los televisores se ha detallado de la siguiente manera: 1.047 televisores de 23 pulgadas, 158 televisores de 40 pulgadas, 92 televisores de 32 pulgadas y 3 televisores de 50 pulgadas. Una característica particular es la preferencia por televisores sin mando a distancia, para facilitar su manejo y seguridad dentro de las instalaciones penitenciarias.

La prisión de Zaballa se destaca por sus instalaciones modernas y amplias. Las celdas individuales cuentan con un espacio de 13 metros cuadrados. Entre sus instalaciones adicionales se incluyen piscina cubierta, frontón, campo de fútbol, polideportivo, sala de conferencias, sala de proyecciones, sala de instrumentos musicales y biblioteca. En 2025, la nueva prisión de Zubieta en Guipúzcoa reemplazará a la actual prisión de Martutene, continuando con la política de mejora de instalaciones penitenciarias en el País Vasco.

A diferencia de la política vasca de proporcionar televisores gratis a los reclusos, en el resto de España los presos deben comprar sus propios televisores o traerlos con autorización. Las Instituciones Penitenciarias, gestionadas por el Ministerio del Interior, disponen de televisores en zonas comunes, pero solo algunos centros más modernos tienen televisores encastrados en las paredes de las celdas.

Este enfoque diferenciado refleja una variabilidad en la política penitenciaria dentro de España. Un plan iniciado en 2007 por Alfredo Pérez Rubalcaba contemplaba la instalación de televisores en celdas, comenzando en la prisión de Puerto de Santa María (Puerto III, Cádiz). Sin embargo, la crisis económica de 2008 interrumpió la implementación en nuevas cárceles, como la de Pamplona.

El Gobierno vasco justifica esta inversión como parte de su objetivo de reinserción social, dotando a las prisiones de servicios idóneos que incluyen dormitorios individuales, enfermería, escuelas, bibliotecas, instalaciones deportivas, talleres, patios, peluquería, cocina, comedor, locutorios y salas de relaciones familiares. Los televisores no solo actúan como una fuente de distracción, sino también como una herramienta educativa, mejorando el lenguaje y la comprensión de los reclusos. Además, tienen un impacto positivo en el ánimo, el estado psíquico y la socialización de los internos.

El sindicato ACAIP-UGT ha señalado que, aunque se han instalado televisores en las cárceles más modernas, existen consideraciones respecto a la manipulación de los televisores encastrados, lo que requiere una atención especial en su gestión y mantenimiento.

La iniciativa de instalar televisores de plasma en las prisiones comenzó con la prisión de Puerto III en Cádiz. Sin embargo, debido a la crisis económica de 2008, la expansión de esta política a otras prisiones se detuvo, marcando una diferencia notable entre las instalaciones de las cárceles más nuevas y las más antiguas en España. La medida del Gobierno vasco de instalar nuevos televisores en sus cárceles es un paso adelante en su política de mejora de las condiciones penitenciarias, destacándose como un modelo de reintegración social y bienestar para los reclusos.