Las Pruebas de Acceso a la Universidad (PAU), también conocidas popularmente como Selectividad, serán más exigentes a partir de 2025. Tal y como ha informado El País, la prueba tendrá novedades significativas. Entre ellas, la de que un 10% de la nota de los alumnos y alumnas estará destinado a la coherencia, la cohesión, la presentación y la corrección gramatical, léxica y ortográfica.
Otra novedad es la de que solamente habrá un modelo de examen por asignatura, eliminando así las posibilidades de elegir prueba que había hasta ahora. Aunque, en este caso, habrá cierta flexibilidad, ya que, según las informaciones de El País, se podrá incluir la posibilidad de elegir entre varias preguntas o tareas. Esta elección no podrá implicar en ningún caso la disminución del número de competencias específicas objeto de evaluación.
La primera Selectividad de la Ley Celaá
Será, de hecho, la primera selectividad que responderá al modelo a la última reforma educativa, conocida como Ley Celaá. Una reforma educativa que entró en vigor en 2021, y que lleva el nombre de la ministra de Educación que estaba en el cargo en ese momento, Isabel Celaá.
La reforma apuesta por que el alumnado sea capaz de aplicar sus conocimientos, y no solo memorizarlos. Aborda diversos aspectos del sistema educativo español, incluyendo la promoción de la equidad, la inclusión y la igualdad de oportunidades en la educación, así como la modernización de los contenidos educativos.
En España, la selectividad se introdujo por primera vez en 1974 como un medio para estandarizar el proceso de admisión a la universidad y garantizar la equidad en el acceso. A lo largo de los años, el formato y los criterios de la selectividad han experimentado cambios significativos para adaptarse a las necesidades cambiantes del sistema educativo y las demandas de las instituciones universitarias. Hoy en día, la selectividad en España abarca una serie de pruebas escritas en materias específicas