“Yo nací para la danza en el ambiente de mi barrio donde solo se bailaba flamenco y se oía música de Ketama” confiesa el madrileño Sergio Bernal que se formó en danza clásica el Real Conservatorio Profesional de Mariemma y que emprendió una brillante carrera que le ha obligado a aprender también idiomas pero le ha llevado a actuar en los mejores escenarios del mundo -Londres, Miami, New York, Roma o Tokio- en el seno de destacadas formaciones profesionales y con artistas de la categoría de Maya Pliséstkaya. No ha olvidado, sin embargo, aquellos orígenes y de ahí que su quehacer artístico se guíe por el deseo de introducir la esencia del flamenco en la belleza de la danza clásica y también en la grandeza del silencio.
Recuerda ahora con nostalgia la pregunta que le hizo en cierta ocasión Tamara Rojo, quien le interrogó sobre a dónde quería llegar. “Todavía no lo sé”. “Pues es necesario que lo tengas claro -le respondió- porque de lo contrario no alcanzarás tus ambiciones”. Quizá por ello asumió en 2020 el riesgo de abandonar el Ballet Nacional de España y decidir crear su propia compañía: “Tenía ganas de conocer cómo funcionaba no solo la actividad creativa, sino también la empresarial“. Desde entonces, emprendió un camino lleno de riesgos pues no en balde tuvo que afrontar la parálisis del confinamiento impuesto como consecuencia de la pandemia. “Rompía a veces el obligado aislamiento y me atrevía a salir de casa para ir a ver a Ricardo Cue -su socio- y hablar con él de mis ideas y de nuestros proyectos. Surgió entonces la Sergio Bernal Dance Company formada por cuatro bailarines y catorce músicos, con la que actuará en el Teatro Victoria de Barcelona los días 2 y 3 de mayo
Sergio dice que quiere aproximarse al público joven para hacerle sentir la emoción de la danza mientras que Ricardo Cue constata la fuerza que emana de su presencia sobre el escenario. “Algo -dice- que he comprobado porque cuando trabajo me coloco siempre en el mismo lugar que el público y de esta forma puedo valorar su actuación”.