La semana pasada, un ataque con arma blanca perpetrado por un adolescente en una iglesia de Sídney dejó cuatro personas heridas, incluido el sacerdote que oficiaba la misa.
Como respuesta a este acto de violencia, las fuerzas de seguridad australianas han llevado a cabo una serie de redadas en la ciudad, resultando en la detención de siete personas.
Todos los arrestados son adolescentes, mientras que otras cinco personas, dos adultos y tres menores, están colaborando con las investigaciones lideradas por el Equipo Conjunto Antiterrorista (JCTT).
La Policía de Nueva Gales del Sur ha informado que durante las redadas se incautaron varios objetos, incluyendo una cantidad considerable de material informático.
Sin embargo, han asegurado que no existe una amenaza específica a la seguridad pública ni a las celebraciones del Día Anzac, que honran a los soldados que lucharon en la batalla de Galípoli durante la Primera Guerra Mundial y que se conmemora el 25 de abril.
El subcomisario de la Policía de Nueva Gales del Sur, David Hudson, ha destacado que tras el ataque se han identificado personas relacionadas con el atacante que están siendo investigadas por su posible conexión con una ideología religiosa violenta y extremista.
Esta afirmación refuerza la sospecha inicial de que el ataque podría haber sido motivado por razones ideológicas y estar vinculado a actividades extremistas.
El video del ataque se difundió rápidamente en las redes sociales y provocó que muchas personas se congregaran en el exterior de la iglesia exigiendo venganza
A pesar de que el adolescente de 16 años detenido por el ataque no estaba en ninguna lista de vigilancia terrorista, la policía ha calificado el incidente como un "acto terrorista".
Este suceso se produce poco después de otro ataque con arma blanca en un centro comercial de Sídney, donde seis personas perdieron la vida.
Aunque en este caso se descartó que fuera un acto terrorista, la sucesión de eventos violentos ha generado preocupación en la comunidad y ha llevado a un aumento de la vigilancia por parte de las autoridades.
Lo que está claro es que la preocupación por la popularización de los ataques con cuchillo va cada vez más en aumento, más aún teniendo en cuenta que algunos de ellos son de carácter terrorista.