El deporte es bueno para el cuerpo y la mente

Los ejercicios físicos que más ayudan a personas con depresión

Las últimas investigaciones sobre la materia se han publicado en la revista especializada The BMJ

Investigadores afirman que caminar o trotar, el yoga y el entrenamiento de fuerza parecen ser los ejercicios más eficaces para aliviar la depresión.

De hecho dicen que ya sea solos o junto con tratamientos establecidos como la psicoterapia y los fármacos, muestran mejorías. Los avances se han publicado en la revista The BMJ.

En este trabajo, los investigadores rastrearon bases de datos buscando ensayos aleatorios que compararan el ejercicio como tratamiento para la depresión con tratamientos establecidos, controles activos o controles no tratados.

Siendo así, encontraron 218 ensayos relevantes con 14.170 participantes con depresión para su análisis. Se evaluó el sesgo de cada ensayo y se registró el tipo, la intensidad y la frecuencia de cada intervención de ejercicio.

También se tuvieron en cuenta otros factores potencialmente influyentes, como el sexo, la edad, los niveles iniciales de depresión, las condiciones existentes y las diferencias entre los grupos.

En comparación con los controles activos, se encontraron grandes reducciones en la depresión con el baile y reducciones moderadas con caminar o trotar, yoga, entrenamiento de fuerza, ejercicios aeróbicos mixtos y tai chi o qigong.

También se encontraron efectos moderados y clínicamente significativos cuando se combinó el ejercicio con ISRS o el ejercicio aeróbico con psicoterapia, lo que sugiere que el ejercicio podría proporcionar un beneficio adicional junto con estos tratamientos establecidos.

Aunque caminar o trotar fueron efectivos tanto para hombres como para mujeres, el entrenamiento de fuerza fue más efectivo para las mujeres y el yoga o el qigong fueron más efectivos para los hombres.

El yoga también fue más eficaz entre los adultos mayores, mientras que el entrenamiento de fuerza fue más eficaz entre los más jóvenes.

Se observó que, aunque la actividad física ligera, como caminar y el yoga, todavía proporcionaba efectos clínicamente significativos, los beneficios fueron mayores con el ejercicio vigoroso, como correr y el entrenamiento a intervalos.

Por otra parte, el ejercicio pareció igualmente efectivo para personas con y sin otras condiciones de salud y con diferentes niveles iniciales de depresión. Los efectos también fueron similares para el ejercicio individual y grupal.