El ex presidente del PDeCAT, David Bonvehí, en un fotomontaje con la bandera de Euskadi

El expresidente del PDeCAT, huérfano, acaba en las listas del PNV

Sin un partido moderado nacionalista en Cataluña, los ex convergentes buscan opciones fuera

El último presidente del PDeCAT, David Bonvehí, huérfano por la destrucción de la antigua Convergencia a manos de los Pujol, el procés, y finalmente Carles Puigdemont, ha decidido buscar una derecha estable y nacionalista fuera de Cataluña. De este modo, se ha incorporado a la candidatura del PNV a las elecciones europeas del 9 de junio y lo hará en un lugar simbólico, el número 55, por lo que no saldrá elegido. De todas formas, este gesto podría ser un llamamiento a Junts, que actualmente se encuentra lejos de las tesis moderadas de sus excompañeros convergentes. 

Según ha avanzado Nació Digital, la decisión se ha tomado después de que actores y dirigentes de la extinta CiU hayan puesto en marcha la plataforma 'Treballem per Catalunya', que apoya la lista en la que concurre el PNV junto con otros partidos y que se presenta bajo el nombre de 'Coalición para una Europa Solidaria'.

En un mensaje dirigido a los integrantes de dicha plataforma se explica que los motivos para apoyar la candidatura del PNV son la necesidad de "defender las naciones sin estado" y tener influencia en el tercer grupo parlamentario europeo.

Además de exponer que Cs les "expulsó en su día" de dicho grupo, ven necesario tener una ventana en Europa con eurodiputados que trabajen para los alcaldes, concejales y sectores cercanos a ellos.

Dentro de 'Treballem per Catalunya' se congregan los representantes que impulsaron en su momento 'Ara Pacte Local', una plataforma municipalista liderada por el PDeCAT --partido en proceso de liquidación-- y Ara Catalunya.

En su página web, aseguran que "los miembros de la plataforma Trabajamos por Cataluña consideramos que es más necesario que nunca que nos comprometamos políticamente en la defensa de una Europa que reconozca y proteja la riqueza de las naciones sin estado como es el caso de Cataluña; que el catalán alcance el pleno reconocimiento de lengua oficial de la Unión Europea; y que Cataluña recupere su papel de motor económico, de bienestar y de innovación del sur de Europa".

"El catalanismo político ha tenido históricamente una vocación europeísta del que nos sentimos deudores y continuadores. Tenemos la firme convicción de que sólo una Europa más fuerte, diversa y unida podrá afrontar los retos globales que se le plantean", añaden.